El uso de la madera en estructuras exteriores está ampliamente extendido, no solo por sus cualidades estéticas, sino, además, debido a las ventajas que ofrece sobre otros materiales. Entre ellas podemos mencionar su conveniencia económica, su alta disponibilidad y sus excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico. Además, la madera es una materia prima absolutamente renovable y reciclable, lo que constituye un beneficio medioambiental de suma importancia. Es utilizada frecuentemente en la construcción de pérgolas de madera, porches y cenadores, permitiendo crear espacios tanto acogedores y armónicos con la naturaleza, como durables y resistentes. Algunas personas, sin embargo, temen encarar proyectos de exterior en madera, ya que suponen que necesita de un mantenimiento constante para preservar sus propiedades, aspecto y prestaciones. ¿Están en lo cierto?
Mantenimiento de maderas de exterior
Podemos afirmar con contundencia que esta creencia es falsa. La madera requiere de un mantenimiento mínimo y muy espaciado en el tiempo, siempre y cuando las estructuras de exterior se construyan con el tipo indicado para tal fin y sean conservadas con los productos apropiados. Para el diseño de porches y pergolas, la madera laminada encolada de abeto o pino -cultivados en parcelas controladas- garantiza calidad, resistencia y estabilidad. Este paso, la elección de la materia prima adecuada, es, como dijimos, una de las premisas básicas para disfrutar de estos espacios en las mejores condiciones durante muchos años. El otro aspecto fundamental está relacionado con la aplicación del protector más apto para asegurar la durabilidad de la madera, evitando realizar tareas de mantenimiento con demasiada frecuencia.
Antes y después del lasur
Cuando el lasur aún no había aparecido en el mercado, las estructuras de exterior se protegían con los mismos barnices que se utilizaban para interiores, lo que las dejaba expuestas a los diversos factores climáticos, provocando un rápido deterioro. Posiblemente como producto de esta situación surgió la idea de que utilizar madera para la construcción de porches, pérgolas y cenadores equivalía a obtener malos resultados o implicaba una lucha sin cuartel contra el desgaste del material que, de todos modos, se terminaba perdiendo. Las ventajas del lasur consisten en que este producto de poro abierto es capaz de penetrar en la madera profundamente y sin formar la capa brillante característica de los barnices. De este modo permite que el material respire, manteniendo un balance entre la humedad de la madera y la del ambiente.
Claves del lasur en la conservación de porches y pérgolas
El lasur ofrece una alta protección, al tiempo que brinda un atractivo acabado, ya que respeta las vetas propias de los fustes utilizados. Además, repele el agua, es muy resistente a los rayos UV y contiene agentes que previenen de termitas y hongos. Se aplica fácilmente, sin necesidad de lijado previo y con una frecuencia promedio de 5 años, por lo que su prestación es sumamente efectiva y duradera. Su uso está recomendado para impermeabilizar maderas blancas que no han sido sometidas a tratamientos con autoclave. Es el caso de aquellas que se emplean para la construcción de pérgolas y porches, generalmente laminadas encoladas de abeto o pino.
Protección de tarima de exterior
En el diseño de tarimas de exterior se utilizan maderas tropicales, tales como ipé y cumarú, que no requieren de lasur. Para el correcto mantenimiento de esta clase de material se aconseja el uso de aceites que preservan el color natural, evitando la oxidación. Es necesario lijar previamente la superficie a tratar y aplicar, al menos, dos capas del producto protector, ya que se trata de estructuras que experimentan un tránsito continuo, así como un importante desgaste por hallarse a la intemperie.
Como podemos apreciar, los complementos de madera para exterior no demandan frecuentes tareas de mantenimiento si se diseñan con la materia prima apropiada y se protegen con los productos indicados. Los simples cuidados que hemos enumerado garantizan perfecto estado y larga vida a las estructuras de madera de patios, jardines y terrazas.